miércoles, 19 de agosto de 2015

CASPY EL FANTASMA - cuentos de terror para niños

Era un día nublado y gris, cuando Claudia se dirigía hacia el colegio como todos los días, aunque hoy, no fue por el mismo camino que siempre…
Claudia decidió esta vez ir por la calle de la antigua casa encantada, que así era conocida por todos los habitantes del pueblo.
Un día, cuando Claudia era más pequeña, su abuela le contó una historia de terror, que sucedió en la casa encantada. Al final de la historia la abuela le dijo: “Claudia, ten mucho cuidado al pasar por delante de la casa encantada, y nunca mires a la mirilla de la puerta, prométemelo“.
Claudia se quedó muy pensativa después de escuchar aquella historia de fantasmas de la casa encantada. Pero sin embargo, había algo dentro de ella que le decía que debía comprobar si era verdad que en aquella casa vivían unos malvados fantasmas, pues Claudia era una niña muy curiosa.
Así que hoy, Claudia emprendió su camino al colegio por el camino donde se encontraba la casa encantada. Al pasar por delante de la casa, recordó las palabras de su abuela, aunque decidió no hacerle caso y miró por la mirilla de la enorme vieja puerta de madera, pero no conseguía ver nada.
Durante un buen rato, Claudia estuvo mirando la casa encantada, las ventanas, las cuales estaban llenas de polvo, aunque algunos de ellos tenían un círculo del cristal totalmente limpio, como si alguien lo hubiera limpiado para poder ver la calle. Además, los barrotes de hierro de las ventanas estaban oxidados  y algunos de ellos no estaban en su sitio, así que Claudia tuvo una idea.
Aún tenía tiempo para llegar a clase, así que decidió entrar por una de las ventanas que se encontraban medio abiertas para ver qué había dentro de la casa encantada.
La verdad es que Claudia estaba un poco asustada, pues si era cierta la historia de aquella casa, podría estar en peligro… sin embargo, se armó de valentía y entro a la casa encantada. De repente, escuchó un golpe, como si una puerta se  hubiera cerrado. Claudia se encontraba en un gran salón, lleno de muebles antiguos cubiertos por una gran capa de polvo. Decidió salir al pasillo, y justo allí, se encontró con Caspy, el fantasma de la casa encantada.
Claudia se quedó paralizada, no podía moverse del miedo que tenía al ver aquel fantasma dar vueltas alrededor suya. Entonces, Caspy le dijo: “Hola, no tengas miedo, no voy a hacerte nada“.
Claudia no le salía ni una sola palabra, estaba muy muy asustada
Caspy se dio cuenta, y decidió hacer algo para que la niña no tuviera miedo. Así que empezó a dar vueltas y a darse golpes contra las paredes. “Ay!! no sabía que la pared estaba ahí“, decía Caspy sin parar de hacer gracias.
Claudia empezó a reírse sin parar, y el miedo empezó a desaparecer. “Ja ja ja, cuidado con la pared que te volverás a chocar“, decía Claudia. “Entonces, ¿no eres un fantasma malo que va a por las personas que se acercan a la casa encantada?“, le preguntó Claudia al fantasma.
Qué va, yo soy un fantasma bueno, y soy el encargado de cuidar de la casa“, le respondió Caspy.
¿Y por qué dice la gente que los fantasmas sois malos?“, preguntó Claudia muy intrigada.
Pues porque la gente piensa que todos los fantasmas somo iguales, pero hay de todo, buenos, malos, altos, bajos…“, respondió Caspy.
De repente, el reloj de salón de la casa encantada dio las campanadas.
Tengo que irme fantasma, voy a llegar tarde al colegio, ¿puedo venir otro día a verte?“, preguntó Claudia.
Claro que sí, pero no le cuentes a nadie que me has visto, es un secreto entre tú y yo, ¿vale?“, le respondió Caspy el fantasma.
Así fue, como Claudia comprobó que la historia de terror que había sobre la casa encantada era falsa, y que no hay que creer ciertas cosas, sin tener pruebas de que sea cierto.
FIN 

martes, 18 de agosto de 2015

EL FANTASMA DEL COLE - cuentos de terror para niños

Había una vez un colegio muy muy viejo, pero que todavía seguía funcionando y dando clases a los niños y niñas de un pueblo.
El colegio tenía por lo menos 500 años, y por el habían pasado personajes importantes como Albert Einstein, oEdison, que fue el inventor de la bombilla.
En los últimos años, en el colegio habían ocurrido sospechosos acontecimientos, y los niños no paraban de repetir que habíaun fantasma que trataba de matarlos a todos…
niños del cole conmigo en el gimnasio esta tarde. Pero no quiero que venga ningún profesor…
Los profesores se asustaron mucho, pero los niños en vez de asustarse, tenían ganas de conocer al fantasma y saber lo que les iba a contar…
Así que, entre todos los niños trazaron un plan para encontrarse con el fantasma del cole sin que los profesores se dieran cuenta. Los niños se dirigieron disimuladamente al gimnasio y le dejaron una nota escondida al fantasma, para que se reuniera con ellos, al día siguiente, en una clase de primero de primaria.
Todos los niños del cole durmieron nerviosos esa noche, no pudieron pegar ojo pensando en cómo sería el fantasma y qué les tenía que decir.
Al día siguiente, cuando todos los niños estaban esperando al fantasma en la clase, vieron como la puerta se abría sola lentamente, y luego se cerraba de un portazo…
Todos los niños estaban asustados, pero a la vez intrigados por ver al fantasma del cole. Y de repente fue apareciendo de la nada con su capa blanca y sus cadenas colgadas de los tobillos.
Cuando todos los niños estaban con la boca abierta, empezó a hablar y dijo: “Niños y niñas del cole!! He venido a haceros una visita, para que conozcáis mi historia. Yo soy Edison, el inventor de la bombilla. ¿Vosotros queréis inventar algo cuando seáis mayores?
Todos los niños de la clase gritaron a la vez: “Síiiii!!!!“. Y el fantasma de Edison siguió hablando: “Pues entonces debéis saber que para llegar a ser alguien importante en la vida, debéis olvidaros de los fantasmas como yo, y estudiar mucho mucho más!!!“.
Después de decir esto, el fantasma se esfumó como si del humo de una parrillada se tratara. Todos los niños se volvieron a quedar con la boca abierta, y a partir de entonces se tomaron más en serio sus estudios.
Los niños de aquel colegio siempre tuvieron el deseo de que el fantasma del cole se les volviera a aparecer, y mantenían la esperanza de que algún día ocurriera y les pudiera dar otro consejo de los suyos.
FIN

lunes, 17 de agosto de 2015

JUAN SIN MIEDO - cuentos de terror para niños

Juan era el menor de 2 hermanos, que vivían en una casita pequeña en un pueblo español, junto a su padre.
El hermano de Juan era un chico inteligente al que todo el mundo admiraba, incluido su padre. Sin embargo, de Juan pensaban que era un chico tonto que no se enteraba de nada.
Un día, el padre de Juan le dijo: “Juan, no mires a tu hermano que tiene sangre en la mano y puede darte miedo..
Juan se quedó paralizado y le dijo a su padre: “Papá, ¿qué es eso del miedo? No se lo que es el miedo..
Su padre, pensando que se había vuelto más tonto todavía, le echó de su casa y le dijo: “¿No sabes lo qué es el miedo? Pues vete por ahí a buscarlo“.
Y así lo hizo Juan, salió de su casa a buscar el miedo para enterarse de qué significaba esa palabra.
Durante 3 meses corrió innumerables aventuras, con osos salvajes, esqueletos vivientes, serpientes venenosas, … pero salía ileso de todas las amenazas y nunca llegaba a tener miedo. Juan seguía pensando: “¿Qué será eso del miedo? Quiero saber qué es el miedo!!!
Mientras pensaba, iba caminando y tropezó con un castillo muy muy viejo, en el que ponía un cartel bien grande: “El que aguante tres noches en el castillo sin que le pase nada, conseguirá la mano de la princesa y se casará con ella“.
Juan pensó que podía ser una buena oportunidad para ver si descubría el miedo, así que se apuntó a la hazaña de las tres noches en el castillo tenebroso.
Juan pasó las tres noches rodeado de monstruos y fantasmas, pero una vez más no sintió miedo…
Al día siguiente, se le presentó el rey del castillo y le dijo: “Juan, te casarás con mi hija. Eres el primero de cientos de caballeros que lo has conseguido“.
Así Juan, pasó a ser el nuevo príncipe del castillo y se casó con la hermosa princesa Mariana.
Una mañana, cuando Juan dormía a pierna suelta a las 11 de la mañana, oyó la voz de su mujer, la princesa, decirle: “Levanta ya, vago!!“, y a continuación notó como un jarro de agua fría caía sobre su cuerpo.
Se levantó rápidamente de la cama, y gritó: “Ya se lo que es el miedo princesa!!

domingo, 16 de agosto de 2015

EL CAMPING MALDITO - cuentos de terror para niños

La familia Pérez se fue de vacaciones, como todos los años, a su camping favorito, uno que se encuentra muy cerca de la playa.
Este año vieron algo muy raro nada más entrar en el camping, todas las casetas y bungalows estaban cochambrosas y medio derruidas, había telarañas por todos lados y el agua de la piscina estaba verde…
La madre, el padre y los dos hijos salieron del coche porque no se creían lo que estaban viendo…

Mientras estaban todos con la boca abierta, algo inesperado ocurrió: la puerta por la que habían entrado con su coche se cerró violentamente, y comprobaron que ya no podían salir…
Todos se metieron dentro del coche y cerraron los seguros para que no les pasara nada. Después de un rato en silencio, la familia observaba cómo iban desfilando por delante del coche unos cuantos fantasmas que les miraban fijamente…
De repente, el fantasma que iba delante en el grupo, empezó a hablarles:”Extranjeros!! ¿Qué hacéis en nuestro camping?!! Vosotros habéis traído la ruina a este sitio de vacaciones!! Hace muchos años este era un sitio de paz y armonía!! Y ahora es un camping maldito!!
Toda la familia se quedó estupefacta y no sabían a que se refería el fantasma con aquello de “Vosotros habéis traído la ruina...”
El fantasma siguió hablando: “No pongáis cara de tontos!! Hace unos 50 años cuando esto era campo, vosotros los humanos construisteis aquí un camping, pero no os disteis cuenta de que debajo de estas tierras había un antiguo cementerio, y ahora nosotros los muertos no podemos descansar, así que hemos decidido salir fuera de la tierra y quedarnos en el camping a disfrutar!!
El fantasma se paró a pensar un rato y dijo: “Vosotros parecéis buena gente, ¿os apetece pasar unos días con nosotros en nuestro nuevo camping?
Al oír esto, la madre, que estaba sentada en el asiento del conductor, arrancó el coche y salió del camping destrozando la valla de salida. Y no paró de conducir hasta que llegaron a su casa y por fin pudieron descansar tranquilos. Fue el día más terrorífico de sus vidas.

sábado, 15 de agosto de 2015

LA CARBONERA - cuentos de terror para niños

(Cuento para niños a partir de 12 años)
Siempre evitaba pasar por ese lugar cada vez que jugaban a las escondidas, a ninguno de los menores se le cruzó la idea de esconderse en ese sombrío agujero.
No los culpo, aún recuerdo cuando tenía ocho años, un día mientras jugaba se me ocurrió ocultarme allí, todo iba bien hasta que una helada brisa inundó mi pequeña espalda, quedé paralizado de miedo, a diez centímetros de mis manos, la abnegada puerta, el frío bajaba por mis piernas helándolo todo a su paso, milimétricos movimientos y un brutal empujón me permitieron caer del lado de la luz, salí despedido de ese infernal cubil. Miré hacia atrás y comprobé que la vetusta puerta se cerraba lentamente.
Cuando fui adolescente y lleno de coraje, decidí investigar a fondo ese recinto. Linterna en mano entré agazapado, quería llegar al final del asunto. El techo iba decreciendo obligándome a agazaparme cada vez más, en el fondo llamó mi atención una puerta muy pequeña de unos veinte centímetros de alto, al abrirla introduje mi mano, luego mi brazo pero nunca hallé el final del hueco; me quedé quieto y en silencio mientras pensaba que habría del otro lado, unas débiles voces resonaban dentro del agujero casi imperceptibles que iban aumentando su potencia a cada segundo, me asusté y retrocedí saliendo rápido de aquel lugar, cerré con cerrojo.
Siempre tuve la impresión que entrada la noche escuchaba desde mi cuarto ruidos provenientes del cubículo. El asunto quedó olvidado y decidí esquivar la carbonera durante algunos años más.
No recuerdo en qué momento decidí realizar una nueva incursión, y tampoco recuerdo que sucedió, ahora todo me parece grotesco, escuchó como por un túnel a lo lejos las palabras de los ancianos, mis padres; mi pobre y cansada mente entiende por fin que estoy encerrado y perdido en la pequeña puerta al fondo, al final de la Carbonera.
FIN

viernes, 14 de agosto de 2015

LOS LOCOS VECINOS - cuentos de terror para niños

Cuentos Infantiles para niños, creado por: Rotsen Zerep
Siempre me pregunté porque mis vecinos no salían de su casa, mis padres me decían que ellos eran raros, que no les hablara pero a mi me llenaba de intriga.
– ¿Como puede ser que una persona no salga de su casa ni para ir a trabajar?
Yo me preguntaba que no podía ser verdad, a veces pensaba que eran vampiros, ya que siempre que los veía era de noche, y tenían la piel blanca y casi pálida. Me hacía tenerles miedo pero no lo suficiente como para no hablarles.
Por las tardes me ponía a imaginar como era su casa por dentro, o por que no salían.
– ¿Estarían encantados o son fantasmas?
No lo sabia, así que me armé de valor y con mis amigos fuimos a ver la casa porque nunca vi que la puerta se abriera. Yo nunca fui de salir mucho y mis amigos tampoco así que no solíamos caminar solos en la ciudad.
Las casas en mi barrio son parecidas, es como ver un juego de dominó, todas las fichas son iguales solo cambian los puntos negros a lo que yo digo que son las ventanas de nuestras casas. Los patios de todos están compartidos, hay un pequeño patio delante de la casa al igual que atrás. Todos nos juntábamos desde mi casita del árbol para mirar a mis vecinos. Allí teníamos prismáticos para ver mejor, así nos dimos cuenta que tenían una hija y un hijo. Nosotros no los vimos nunca en esa casa pero ellos estaban en la escuela, así que nos pareció raro verlos.
Un amigo mío dijo que debíamos ir a ver porque nunca salían de su casa, y esa noche fuimos como espías vestidos con ropa negra, cuando de repente a mí me asusta mi sombra y grito. Salí corriendo a lo cual mis amigos me siguieron y no pudimos ver nada, un intento fallido.
Al día siguiente nos preparamos para ver de día, si eran vampiros estarían dormidos de día, cuando saltamos la cerca del frente sin que nadie nos viera vimos que tenían un perropequeñito, no era gran problema pero como era de esperarse al intentar tocar la puerta para ver si estaba abierta un perro como de dos metros y medio salió por debajo de la casa y nos miró directo a los ojos. Cuando nos mostró sus dientes yo era el único que seguía ahí parado y terminé con la ropa toda desgarrada, como si fuese atacado por un monstruo hecho de alambre de púas; otro intento fallido.
A la tercera es la vencida como dice mi papa, no se que significa pero mi papa siempre dice que en la tercera oportunidad siempre es la decisiva, así que dijimos que íbamos a distraer al perro grande con un pedazo de embutido que uno de mis amigos trajo. Llegamos a la casa, llamamos al perro, yo estaba parado cuando le llamé, cuando vino corriendo le lancé el embutido para que no atacara, y de un solo bocado se comió la mitad. Cuando el perro estaba ocupado corrimos y nos metimos a la casa de los vecinos para ver que pasaba en verdad ahí dentro.
Cuando entramos a la casa vimos muchas cosas raras, como animales disecados en poses muy terroríficas. Decidimos que cuando alguien se asustara que cerrara los ojos para que pase el susto. Así lo hicimos y dentro de la casa vimos que había muchas puertas que nos pareció mas misterioso aún, y escuchamos que alguien venía, así que nos escondimos detrás de un sofá que era largo para que no nos vea el que bajaba por la escalera, pero el sofá estaba del lado del patio trasero y nunca vimos que de ese lado la pared era de cristal y que el señor de la casa nos estaba observando desde que entramos a su casa. Nos miramos unos a otros como si buscáramos algo en la cara del otro, una explicación del porque no miramos ahí. El señor nos llamo con la mano, indicándonos que fuéramos donde se encontraba él sentado en una especie de silla reclinable. Nos dijo que nos sentáramos en las sillas que estaban ahí y nos miró a la cara a todos, yo estaba sudando. Cuando él abrió la boca y nos dijo una palabra, “hola” sin ninguna expresión en su rostro. El señor tenía como de unos cincuenta años y el pelo algo canoso, le daba un aire de misterioso que nos daba pánico.
En cada latido de nuestros corazoncitos que latían como si estuviesen en un carnaval. Le contestamos con otro saludo cuando nos preguntó que hacíamos en su casa, porque entramos sin permiso y porque alimentamos a su perro con embutido, no supimos que responder, pero en ese momento llegaron los chicos que iban a nuestra escuela. Le dijimos que vinimos a verlos, que éramos amigos de ellos y el señor nos creyó y nos dijo que pasáramos donde estaban ellos, que era en un cuarto a la derecha en el primer piso, la puerta negra. Nos dio mas miedo aún, pero como nosotros mentimos seguramente él lo planeo. Fuimos a la puerta negra y encendimos las luces, estaban apagadas, cuando de repente los chicos encienden la luz y tiene colmillos, como vampiros. La puerta se cerró sola y nosotros no sabíamos que hacer, la chica se acercó a mi y me cogió la mano, me guió a una silla e hizo que me sentara, yo sólo esperaba mi fin cuando ella se acerca a mi cuello y me muerde, yo grito, era como si mi vida se extinguiera como los fuegos artificiales que vemos en Navidad. Sentía que la sangre corría y se derramaba por mi pecho.  Miré a mis amigos, ellos no decían nada, ni siquiera me miraban, y yo pensaba en todo lo que una vez quise hacer, en todo lo que hice, en la vez que pensé que no debí meterme en esta casa y empecé a caerme, me golpeé la cabeza y me dolió demasiado. Me levante, entonces miré a mis amigos y ellos estaban riéndose de mí, yo no entendía nada, hasta que miro arriba y veo al señor de la casa ahí con una manguera de la cual salía un liquido rojo, era una broma, lo escuché antes de desmayarme.
Cuando desperté vi a una señora con rasgos de asiática en frente de mí,  mojándome la cabeza y la pregunte si estábamos en el cielo, ella me sonrió y me dijo que mis amigos hablaron con sus hijos para que me hicieran una broma porque yo era muy curioso y que solo fue pura actuación.
Yo por un lado me sentí un poco tonto por lo ocurrido, por otro lado me sentí aliviado de que mis vecinos no eran unos monstruos que comían niños, y por ultimo le pregunté porque nunca veía que ellos salían de la casa y ella me dijo que sí salían, solo que salían por el patio de atrás donde tenían otra salida a la calle y ahí ya no me quedaba el menor miedo.
Lo que se ahora es que no siempre las cosas son lo que aparentan, siempre es mejor hablar que tratar de investigar. Mis amigos me dijeron que ya no intentara ser un detective de la noche a la mañana.
Uh! Ahora me acordé que dejé a mi ratita sin comer, bueno amigos eso es todo por hoy.

jueves, 13 de agosto de 2015

¡HAY MAGIA EN LA COCINA! - cuentos de terror para niños

En el comedor del colegio de Bibiana, había una cocina enorme donde las cocineras diariamente preparaban los mejores platos que sabían hacer.
Entre éstos, cocinaban lentejas con verduras, arroz con tomate, pastel de carne y un postre muy bueno, que la cocinera más veterana llamaba rabiolis de chocolate, postre que siempre dejaban para ocasiones muy especiales.
Un buen día, los famosos raviolis no salían de la cocina. La orden de su preparación se había dado hace bastante tiempo, y el postre no terminaba de salir de la cocina, ¡algo estaba pasando!.
De repente, uno de los camareros entró en los fogones con aire preocupado, ya que él tenía que servir los raviolis y los niños se estaban poniendo nerviosos en el comedor, y lo que vio le dejó sin palabras:
Las cocineras se habían puesto un traje de bruja y un sombrero de punta, algunas hasta llegaban volando en escoba. Las cacerolas se habían convertido en tremendas marmitas, donde las supuestas brujas removían la poción, y la probaban con cucharones de madera gigantes. Los sapos y las culebras acampaban a sus anchas por toda la cocina, haciéndose sitio entre las marmitas y el resto de extraños ingredientes.
La reacción del camarero fue salir corriendo a pedir ayuda, pero cual fue su sorpresa cuando comenzó a volverse de color naranja y unas hojas verdes le crecieron en la cabeza, ¡se estaba convirtiendo en calabaza!.
Los niños en el comedor seguían esperando impacientes su esperado postre, y cuando empezaron a escuchar voces extrañas y vieron volar escobas en la cocina, fueron todos a ver qué ocurría. Los niños estaban encantados, todos entraron a ver de cerca la magia de aquel día, y Bibiana de repente dijo:
– “¡Chicos, que hoy es Halloween!”.
A todos les pilló por sorpresa, así que improvisaron una bolsa de tela y cuando la tenían, fueron clase por clase diciendo la famosa pregunta:
– “¿Truco o trato?”
Todo el colegio se vio envuelto en una fiesta inesperada, en la que todos disfrutaron mucho y aprendieron a fijarse en los detalles, ya que si había raviolis de chocolate era por algo, y sólo la cocinera que planeó el menú a principio de mes, se acordó de tan señalada fecha.
Los niños del colegio de Bibiana y ella misma terminaron siendo los mejores negociadores de la historia, ya que cada día de Halloween, se hacían unos expertos en los negocios de los dulces y los caramelos… ¿truco o trato?.